martes, 2 de octubre de 2012

FANFIC COREANO: SUEÑO INALCANZABLE VIII.


CAPÍTULO 8
.Tú…- susurré lentamente. Parecía que el destino quería que nos volviésemos a reunir. Dongwoo y yo estábamos conectados de alguna manera. Poco a poco empezaban a surgir sentimientos en mí que habían estado ocultos hasta entonces. Me quedé embobada observándole. Hoy estaba más bello que nunca y su aura transmitía seguridad y calidez.
-Tú nuevamente… ¿qué pasa has investigado cosas sobre mí y te vas a convertir en una acosadora más o es que ahora trabajas aquí casualmente? - me preguntó de buenas a primeras tras descubrir mi identidad.  Yo estaba tan fascinada y abrumada con su presencia que no presté atención a las palabras que me acaba de decir . En ese momento aparecieron dos integrantes del grupo, Sungyeol y Hoya, quienes se acercaron hasta donde nos encontrábamos nosotros.
- Hyung (“hermano mayor”), date prisa. El manager nos está esperando para salir al escenario.- informó Sungyeol mirándome con expresión chocante por mis facciones no orientales y por mis enormes ojos castaños.
- Está bien. Vamos rápido o si no se enfadará.- aclaró Dongwoo a sus dongsaengs (“hermanos pequeños”) ignorándome por completo.
- Una pregunta, hyung. ¿La conoces de algo? – preguntó extrañado Hoya por la misma razón que Sungyeol. No sé si es que no les agradaba el hecho de que fuese extranjera o el porqué estaba hablando con Dongwoo. Era un momento demasiado incómodo para mí, no sé si para los demás; lo único que deseaba es que me tragara la tierra y desaparecer de allí.
- Ah, no. Qué va. Sólo me preguntaba en qué dirección estaban los aseos. Está apurada por ir, ya sabéis cosas de chicas… - contestó Dongwoo riéndose a carcajadas de mí junto a sus amigos. Tras ello, se fueron. En el instante en el que él pasó cerca de mí hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Ahora su aura no era cálida, sino fría demasiado fría que hasta me aterrorizaba. Ellos se largaron y yo me quedé allí sola y paralizada ante su impasible reacción. En cuanto recobré los sentidos me fui, olvidando la verdadera razón por la que estaba allí. 
Salí al exterior y me senté en un escalón sin creer lo que había ocurrido. Los coches no dejaban de transitar el enorme asfalto de la calle, las fans locas que habían logrado obtener sus preciados autógrafos salían del edificio con una enorme sonrisa en su cara, el tiempo seguía pasando; pero para mí todo se había detenido. La persona que había conocido casualmente en aquel taxi, no tenía nada que ver con la de hoy. Su expresión era fría y distante y eso hacía que sin querer me preocupara por él. Pero hoy, finalmente me había conseguido apartar totalmente de su lado ante su rechazo e ignorancia. Ahora no tenía ningún motivo para estar en ese concierto. Y fue en ese instante cuando me percaté de que me había descuidado completamente de mi mejor amiga. “¿Kang Sang Ra? Oh, no. Me olvidé de ella. ¿Seguirá dentro?”: estaba angustiada por saber el paradero de mi amiga, pero no iba a entrar de nuevo; quería evitar a toda costa a Dongwoo. Tan sólo cogí el móvil y la envié un whatsapp. Ella me respondió al momento y me dijo que fuera a la zona de autógrafos que ahora mismo venía. Yo hice caso y me dirigí a la sala. Cuando entré me sentí bastante agobiada, había demasiadas chicas con las hormonas aceleradas cuyo único objetivo  era conseguir un trozo de papel firmado por unos jovencitos veinteañeros. Como no quería verme envuelta en esa inmensa masa de  adolescentes, determiné que lo mejor sería echarme a un lado y no obstaculizar el paso de la gente. Me quedé apoyada en una columna y me dediqué a observar en la lejanía a los fabulosos miembros de INFINITE. Parecía que una inmensa luz  resplandeciente saliese de ellos. Era como si estuvieras en el cielo. Admiraba sus vestimentas, su carisma, su fuerte personalidad, su belleza… Ellos eran aquellos chicos a los que nunca podías llegar a conseguir: inalcanzables. Todas estas cosas habían rondado por mi cabeza siempre hasta el día en que conocí a Dongwoo, quien no encajaba en el perfil de chico cantante perfecto. Pero hoy ya fue la gota que colmó el vaso, hoy su actitud me había decepcionado demasiado. Se burló de mí delante de sus amigos y además mintió asegurando que no me conocía de nada. Mientras pensaba estas cosas, vi cómo mi amiga accedía por la entrada hasta llegar a mí.
- ¿Sabes? Estoy muy molesta contigo. Te dije que te quedaras allí, que no te movieras. Y cuando regresé. ¡Voilá! Tú ya no estabas, ¿se puede saber por qué no me hiciste caso? – preguntó Kang Sang Ra con disgusto.
- Em… vi a uno de los componentes del grupo y me entró el pánico por si me descubría, así que preferí largarme para no meterme en problemas. Lo siento mucho…- afirmé con un tono no muy convincente, mas aún así mi amiga se lo creyó.
- Bueno, no importa. ¿Qué haces aquí parada? ¡Vamos a por un autógrafo! Ya que no pude hablar con mi precioso Sungkyu; por lo menos querría tener algo suyo.- me agarró del brazo y nos pusimos en la fila, ella para  conseguir la firma de Sungkyu y yo, bueno, la verdad es que no me interesaba el tema, pero ya que estaba me puse en la fila de Woohyun. La espera se hacía interminable hasta que por fin llegó mi turno. Woohyun me miró con una sonrisa deslumbrante y encantadora que me hipnotizó al momento.
- Chica linda, ¿qué te gustaría que pusiera en la dedicatoria?- preguntó Woohyun en inglés desconociendo que yo entendía a la perfección el coreano.
- Pues… lo que tú veas. Me parecerá bien lo que escribas.- respondí mostrando mi alto grado de coreano, Woohyun se sorprendió bastante por mi gran pronunciación.
- Anda. Tienes un gran nivel de coreano. Si no fuese por tus rasgos occidentales, se podría decir hasta que eres coreana.- aseguró el joven perplejo mostrando una pequeña sonrisa pícara. Al lado de él, se situaba Dongwoo, de quien me había dado cuenta de que no paraba de lanzarnos miradas de vez en cuando.
- Bueno aquí tienes tu autógrafo. Espero que te guste y que sigas escuchándonos.- terminó Woohyun de firmar una foto suya que había conseguido a la entrada del edificio. Antes de marcharme algo me impulsó a que me acercase a él. Y cuando recuperé la razón, ya estaba besando sus perfectas mejillas. Todo el mundo de alrededor se impactó por lo que acababa suceder. En ese instante no me di cuenta de que allí estaba muy mal visto ese tipo de situaciones. Para ellos era una falta de respeto hacer esas cosas en público, así que me separé rápidamente de él. Woohyun se ruborizó y yo le pedí una disculpa por mi mal comportamiento, pero él no se enojo. En cuanto terminé de conversar con él, giré la vista al asiento de Dongwoo, sin embargo su silla estaba vacía. Él no estaba allí y todo el personal horrorizado empezaron a buscarlo por todas partes. A mí me extrañó bastante, pero aún así no le di mucha importancia y me fui del lugar para salir y tomar aire fresco, ya que dentro el aire estaba muy cargado por la cantidad de personas que había. Me llegó un mensaje de Kang Sang Ra, en el que me decía que debía irse a toda prisa debido a que sus padres la necesitaban en el negocio. Como mi amiga se había marchado, yo ya no tenía nada que hacer allí. Me senté en un banco y levanté la vista para admirar las estrellas. Mientras observaba los fabulosos astros, alguien se acercó a mi cara. Ese momento me hizo recordar a aquella persona. Tan solo deseaba que fuera él nuevamente quien se encontraba junto a mí.


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