jueves, 2 de agosto de 2012

REFLEXIONES DE UNA LOCA II.


¿Amigos? Según la definición de la RAE el término amistad : Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. A primera vista nos parece una acepción bastante acertada cuando se trata de los amigos de verdad. Pero es que dentro de nuestra lista de amigos hay dos grandes grupos que se diferencian entre sí, a los cuales yo nombraría amigos de verdad y por otro lado los falsos amigos. Los que se encuentran en el primer grupo concuerdan a la perfección con la definición de amistad, pero… ¿ los otros?  Yo misma pienso definirlos: personas que únicamente se mueven por interés hacia el lado que más les favorece, y al contrario que el primer grupo sólo acuden a ti cuando se encuentran en problemas. Una definición breve y directa, me explayaría  definiéndolos más a fondo, pero podría herir a todas aquellas personas que se den por aludidas. No pienso nombrar a nadie, ya que cada persona sabe a qué grupo pertenece. Ya teniéndolos definidos vamos a continuar. Peleas. Todo hemos tenido problemas y peleas con nuestros amigos y , por supuesto, hemos querido solucionar las cosas o llegar a una especie de acuerdo que favorezca a ambos lados . Los amigos de verdad intentarán lo imposible por conseguir resolver el conflicto, en cambio, los amigos falsos pasarán del tema y dejarán que el tiempo transcurra hasta que la otra persona se olvide del tema. Y aunque nos cueste asimilarlo este es el mundo en el que vivimos y así son la mayoría de las personas que habitan en él. Por supuesto, yo tengo amigos de los dos grupos y puede que algunos amigos que lean esta entrada se sientan ofendidos, pero me es indiferente porque sinceramente no me estoy refiriendo a nadie en concreto. Estoy hablando en general a modo de información para todas esas personas que aún no se hayan percatado de la existencia de estos dos grupos.
Vamos a poner un ejemplo simple para apreciar la clara distinción entre ellos: Ana tiene un amigo, Pablo, al cual lleva mucho tiempo sin ver y que a través de las redes sociales prácticamente no hablan. Además Pablo queda con sus amigos sin avisarla y a ella le sienta como una patada al estómago, por lo que desarrolla cierto rencor hacia Pablo. Un día, Ana, se crea una cuenta en Ebay y lo pone en su estado de Tuenti. De repente… ¡voilá! Le llega un mensaje privado. “¿ De quién será?”: piensa. Lo abré y se da cuenta de que es de Pablo. Lo lee detenidamente: “ Anda, Ana, cuánto tiempo sin hablar. No sabía que te habías hecho una cuenta en Ebay, es que llevo un tiempo queriendo comprar algunas cosas  y no sabía de nadie que pudiese tener una cuenta… ¿ me harías el favor de pedirme algunas cosillas? Aquí te paso los links. Ya te lo pagaré cuando me lo pidas y en cuanto llegue el pedido, me avisas y quedamos.” ¿ Pero qué ha pasado aquí?. Llevamos sin hablar más de un mes y en vez de preguntar por mí, me habla para que le haga un favor. En ese momento, Ana, se enfada porque siente que sólo la utiliza Pablo para el beneficio de él mismo. Lo primero que se le pasa por la cabeza es negarse a hacer la compra, pero si no le hace el favor a Pablo quedará como la mala. Ana no quiere quedar de mala, así que accede a realizar el pedido. Cuando llega el pedido se lo entrega a Pablo y a partir de ese momento no se vuelven a ver hasta que él siente la necesidad de pedirla otra cosa. Y así sucesivamente. Un círculo vicioso que se repite constantemente. Al final del todo, Ana termina quedando como una tonta por no haberse negado a cumplir todos los caprichos de Pablo. Y es en ese momento cuando se da cuenta  de que al enemigo hay que enfrentarle con las mismas armas ( acudir a él exclusivamente cuando necesite algo),  dejar de ser amigos tan “supuestamente” unidos o como último recurso mandarle una advertencia de que como siga así que se olvide de ella, que ella no es la recadera de nadie. Ninguna de estas alternativas van a ser de agrado para Pablo. ¿Y qué? Va a estar Ana satisfaciendo las necesidades de su amigo sin recibir nada a cambio. De eso nada: la amistad es un afecto, pero un afecto MUTUO( lo pongo en mayúsculas para que la gente lo vea bien), así que cuando una persona entrega/ da algo espera recibir algo a cambio ( no me refiero sólo a bienes materiales). Y si esta pequeña regla no se cumple quiere decir que con esa persona no tienes ningún vínculo de amistad ni nada similar, sino más bien es que te está utilizando para sus propósitos.
Ahora hablaré un poco de mis experiencias: Yo este año he roto la relación con mi mejor amiga porque la verdad sus comentarios me empezaban a molestar. En un principio los dejaba pasar, pero en el viaje que hicimos de fin de curso a Mallorca; ya exploté. No podía más, me estaba amargando mucho. Uno de los días, que había partido de fútbol ; ella decidió bajar a verlo; por el contrario yo me quedé en la habitación. Vale; hice mal, eché la llave y la deje sin querer puesta, por lo que desde fuera no se podía acceder. Sin darme cuenta me quedé dormida. Cuando me desperté vi a toda mi clase dentro de la habitación, muy preocupados por si me había pasado algo. El profe me echó la charla, lo normal. Cuando se marcharon todos de allí; mi mejor amiga se puso a llorar. Hasta ahí todo iba bien. Tras eso empezó a echarme ella también la bronca y me dijo que dejara de cerrar la puerta con llave.¿ Perdona? ¿La dejo abierta para que entre alguien y nos roben? Un poco de sentido de común, por favor. Después de todo ese momento de tensión, nos pusimos a vestirnos; que llegábamos tarde a la discoteca. Vino otra amiga a que le hiciese tirabuzones, en cuanto terminé con ella, mi mejor amiga me pidió que también se los hiciese. Estaba sorprendidísima, después de la regañina que me había echado y de lo enfadada que estaba, pretendía ahora que yo cumpliera sus antojos. Como yo soy tonta acepté. Debido al poco tiempo del que disponíamos para arreglarnos (además yo estaba casi sin vestir), le hice los tirabuzones muy rápido y quedaron un poco mal. En vez  de darme las gracias, empezó a decir que no le gustaban que para eso no se hubiese hecho nada. Gracias,  acabo de invertir mi precioso tiempo para peinarte y así me lo agradeces, en serio, muchas gracias. La próxima vez te va a peinar quién yo te diga, maja. Estuve en ese momento por decirla de todo, pero no quería ponerme a su altura; así que sólo la ignore hasta que volvimos a Madrid. Me mandó un privado preguntándome que por qué me estaba comportando de esa manera con ella. Después de hablar un rato, le deje las cosas claras. Y hoy día, somos amigas; pero las cosas ya no volverán a ser como antes porque yo ya no voy a permitirme aguantar sus quejas y comentarios tan bordes y egoístas. He aquí una de mis experiencias relacionadas con la amistad. Tengo muchísimas más, pero prefiero no recordarlas porque me siento muy avergonzada y herida pensando que deposité mi confianza en gente que sinceramente no se lo merece. Un saludito.


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