Aquí nuevamente estamos. El capítulo de hoy es
mucho más corto que el resto, pero eso no quiere decir que peor. Últimamente
los estoy escribiendo en el móvil porque me resulta más cómodo y ahí los tengo
todos guardados. La semana que viene comienzo las clases, así que dentro de
nada me tendré que despedir del blog, de las redes sociales, de Internet y de
mi ordenador. Bueno dejemos las penurias aparte y demos paso al capítulo de hoy. ¡Buen
día!
CAPÍTULO 6
Me besó, así de repente sin previo aviso. Mis
labios rozando los suyos lentamente, provocó en mi organismo una sensación
placentera y explosiva que nunca había experimentado con nadie jamás. Pero a
pesar de ello; yo me tenía que hacer respetar; por lo que, me aparté
rápidamente y le planté una bofetada en la cara.
-¿Tan fácil me veo o qué?- grité con los ojos
llenos de lágrimas.
-No es eso… sólo que…
- No quiero saberlo, así que ahórrate tus palabras.
Por favor devuélveme mi celular y hazme el favor de no volver a aparecer en
frente mía jamás.- declaré mientras intentaba no parecer débil, pero aún así no
logré controlar mis lágrimas, las cuales no paraban de brotar de mis enormes
ojos.
Extendí mi mano y Dongwoo me entregó mi móvil sin poner
ninguna pega al respecto. Después de eso, cada uno tomó su camino. Yo volví a
casa y él… él a saber dónde iba. “Seguramente se ha ido en busca de una nueva
presa”: me decía a mí misma y esos pensamientos que rondaban por mi cabeza
hacían que me hiriera a mí misma mucho más de lo que ya estaba. Llegué a casa y
subí las escaleras sin siquiera saludar a mis familiares que se encontraban
sentados en la mesa de la cocina esperándome para tomar la cena. Pero no
transcurrió mucho tiempo cuando sorprendentemente Eun Sok llamó a la puerta de
mi cuarto. Yo me negué a abrirle: no deseaba que me viese en ese pésimo estado.
Así que sólo lo ignoré. Sin embargo, él no se dio por vencido y siguió llamando
a la puerta insistentemente. Al rato paró y se fue a su alcoba desde donde me
envió un mensaje preguntándome por lo que me ocurría que todos estaban muy
preocupados por mí. Yo le contesté diciendo que nada serio y zanjé ahí la
conversación.
Al día siguiente, me desperté con los ojos rojos de
haber estado llorando toda la noche anterior y con la nariz congestionada. Bajé
a desayunar y allí estaban todos ellos aguardando mi llegada para bombardearme
con sus preguntas.
-¿ Helena qué te ocurrió ayer? Ni siquiera bajaste
a cenar. ¿Te ha pasado algo con Kang Sang Ra y su amiga?- preguntó la señora
Choi muy agitada y angustiada.
- Tranquila, Omma. Es que no me encontraba muy bien
y me fui a descansar un rato.- respondí titubeando y temblando mientras me
echaba chocolate caliente en mi taza.
- Jovencita deberíamos ir al médico, no se te ve
buena cara. Estás pálida. Eun Sok trae un termómetro.- afirmó el señor Choi muy
preocupado. El señor Choi era un hombre muy tranquilo y sosegado y hoy era la
primera vez que le veía reaccionar de esa forma. Eun Sok hizo caso a su padre y
trajo el termómetro para tomarme la temperatura corporal. Pasados cinco
minutos, el objeto marcó cuarenta grados centígrados. Mis familiares de acogida
extremadamente preocupados llamaron al médico para que viniese a casa. Después
de examinarme, el doctor determinó que se trataba de un catarro y me recetó
unas pastillas y ,en especial, mucho descanso para recuperarme lo antes
posible. Yo hice caso a todas sus peticiones y me quedé todo el día en casa
durmiendo para intentar bajar la fiebre. Ese día, la señora Choi se encargó de
avisar de que no podía asistir a clase a mis profesores de la academia. Y Kang
Sang Ra ,avisada por mis familiares, me telefoneó para saber cómo me
encontraba.
- Helena, ¿qué tal te encuentras? ¿Ya estás mejor?-
preguntó mi amiga al otro lado del teléfono.
- Ah, sí. Ya estoy mucho mejor gracias a las
pastillas que me recetó el doctor.- aseguré con voz fatigada.
- Me alegro. Oye una cosa quería decirte yo… tu
madre me ha dicho que ayer estuviste conmigo y como bien sabrás esto no es
cierto. No le he dicho nada, pero quiero saber por qué me has puesto de excusa…
- Lo siento mucho amiga. Es que ayer quedé con el
chico que encontró mi móvil y para poder recuperarlo tuve que tener una cita con
él y …
Tras una hora al teléfono, Kang Sang Ra llegó a la
siguiente conclusión:
-¿Sabes lo qué te pasa a ti? Que te has enamorado
de él. Y eso que tienes es la llamada fiebre del amor, ni catarro ni nada, para
curarte tienes que quedar con él y declararte.- dijo Kang Sang Ra, quien veía
demasiados dramas y vivía en otro mundo.
- Perdona, pero yo con ese chico en la vida. Es
prepotente, repelente, arrogante, atrevido, vanidoso, egocéntrico, testarudo,
irrespetuoso…- me sorprendió la cantidad de adjetivos negativos que pude decir
en un instante.- Me voy. A Omma no la va a hacer nada de gracia que esté hasta tan tarde
despierta. Buenas noches.
-Aquí huele a amor…- soltó una risita mi amiga
antes de colgar.
Después de una larga conversación, me eché a la
cama a dormir intentando no pensar en nada ni en nadie. A media noche, oí el
sonido de mi puerta abriéndose lentamente y pasos de alguien acercándose hasta
mi cama. Entreabrí mis ojos, pero estaba tan agotada que sólo pude apreciar
borrosamente al individuo que se situaba en frente de mí. Esa persona que me
observaba cogió mi mano y me acarició suavemente la cabeza. Se sintió realmente
confortable y agradable.
-¿Eun Sok? ¿Eres tú?- mis ojos se cerraron de
repente sin conocer la respuesta.
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